sábado, 9 de febrero de 2013

Mi crítica de: LINCOLN




Como no somos americanos, y aquí la esclavitud ni la recordamos, disfrutamos de tomar prestada la de los demás. Al fin y al cabo, lo que aquí se despliega no es el trasfondo, sino el confeti, la fiesta del cine histórico, el biopic llevado a su cénit. Ese retrato de una esclavitud que busca olvidar que la ansiada libertad quizá tenía como objetivo corruptelas distintas al chapucerismo que se intentó institucionalizar entonces y que se extiende hasta nuestros días. Siempre hay alguien que se beneficia.

Como no soy americano, me limito disfrutando de la habilidad del titiritero experto. Lo mismo daría que se tratase de una comedia romántica o de una epopeya medieval. Todos los resortes estarían igual de pulidos y encajados para que funcionasen sin que el espectador tuviera que poner de su parte.

Aún conservo la inocencia de europeo inexperto -e inculto- que se sorprende con los recovecos histórico-políticos, que quizá en su lugar de  procedencia sean verdades asumidas y comunes. Pero la conservo poco, porque tengo miedo de que pensar demasiado esta película conlleve que se desinfle tan rápido como se infló su épica de cartón piedra.

Y ahora la crítica de Isa:
"Lincoln bien, ¿no? bien."

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